La gran mayoría de los bienes de una empresa se pueden asegurar y reponer. Pero ¿qué ocurre cuando el artículo en cuestión no es una ventana que se ha roto, o un vehículo dañado, si no algo intangible e imposible de sustituir? Esto es a lo que se enfrentan los que experimentan una pérdida de datos. A primera vista, la pérdida de datos no parece tan devastadora como la destrucción de un edificio, pero en la era digital, sin esos datos, una empresa o institución simplemente no puede funcionar. Por supuesto, podrían encontrar un alojamiento temporal si se destruyera su oficina principal, o comprar ordenadores nuevos si los que tenían resultan dañados……

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